¿Cuánto dura un barco? Diferencias entre casco y motor, y por qué el mantenimiento no es opcional
Tener un barco es una de esas decisiones que te cambia la vida. Días de sol, mar en calma (o no tanto), escapadas a calas escondidas… Pero como todo lo que vale la pena, también requiere cuidados.
Y si hay dos partes fundamentales en cualquier embarcación, son estas: el casco y el motor. Cada uno tiene su propia “vida útil”, y si los cuidas bien, te devolverán años de navegación sin sobresaltos.
⚓️ El casco: duro, pero no indestructible
Duración media: entre 25 y 30 años (¡incluso más, si se mantiene bien!)
El casco está hecho para resistir. Pero eso no significa que sea invulnerable. El sol, la sal, pequeños golpes en el pantalán o incluso microgrietas que no se ven a simple vista pueden acortar su vida útil si no les prestamos atención.
Mantenimiento básico que no puedes saltarte:
- Limpieza frecuente (mejor si es profesional)
- Aplicación regular de antifouling (la pintura antiincrustante que evita que se llene de algas y bichos)
- Revisión del gelcoat, válvulas y pasacasco
💡 Un casco limpio y en buen estado no solo dura más: también mejora el rendimiento del barco y reduce el consumo.
⚙️ El motor: el corazón del barco
Duración estimada:
- Motores gasolina: 3.000 horas
- Motores diésel: 5.000 horas
Aquí no hay secretos: el motor es la pieza más delicada del barco. Y aunque los nuevos son cada vez más fiables, sigue siendo vital mimarlos.
¿Qué puede fallar? Óxido, combustible contaminado, fallos en la refrigeración, aceite sucio… y si no se detectan a tiempo, pueden dejarte tirado en medio de la bahía.
Tareas clave de mantenimiento:
- Cambios de aceite y filtros según fabricante
- Revisión de hélice, correas y sistema de refrigeración
- Limpieza del depósito y chequeo del escape
👨🔧 Si escuchas un ruido raro, hueles a quemado o ves humo… no lo ignores. Mejor pasar por el taller antes de que sea tarde.
🧭 ¿Por qué todo esto importa?
Porque un barco que no se cuida:
- Se devalúa más rápido
- Consume más combustible
- Corre el riesgo de fallar en el peor momento
- Termina costando más en reparaciones que en prevención
En resumen: si cuidas tu barco, él te lo agradecerá con años de navegación tranquila y sin sobresaltos.